Peter Zumthor, Croquis de las termas de Vals, 1996
ERNESTO.- (…)
¿Por qué habría de verse turbado el artista por el chillón clamor de la
crítica?
¿Por qué habrían de estimar el valor
de la obra creadora quienes no pueden crear?
¿Qué pueden saber ellos? Si la obra de un hombre es fácil de entender, la
explicación es innecesaria…
GILBERTO.- Y si su obra es incomprensible, la
explicación es mala.
OSCAR WILDE. Sobre la Crítica, el Público y la Sociedad
¿Es necesario un espacio de
crítica sobre arquitectura en la sociedad actual?
Tal vez bastaría con
responder que sí.
Sí, porque existen espacios
sobre crítica en la mayoría de las manifestaciones culturales (música, cine,
pintura,…)
Sí, porque los arquitectos y la sociedad necesitan un espacio para teorizar y criticar los hechos arquitectónicos y urbanos.
Sí, porque los arquitectos y la sociedad necesitan un espacio para teorizar y criticar los hechos arquitectónicos y urbanos.
Sí, porque la arquitectura
necesita ser (re)evaluada y (re)pensada desde posturas teóricas y críticas.
Pero tal vez esto sería
solo quedarse en lo superficial. La crítica arquitectónica, tal y como nos
señala J.M. Montaner,
“… comporta un juicio estético. Consiste en una valoración individual de la obra arquitectónica que el crítico realiza a partir de la complejidad del bagaje de conocimientos de que dispone, de la metodología que usa, de su capacidad analítica y sintética, y también de su sensibilidad, intuición y gusto.” (2)
“… comporta un juicio estético. Consiste en una valoración individual de la obra arquitectónica que el crítico realiza a partir de la complejidad del bagaje de conocimientos de que dispone, de la metodología que usa, de su capacidad analítica y sintética, y también de su sensibilidad, intuición y gusto.” (2)
La crítica entendida así,
como el método de valorar las cualidades (bondad, verdad, belleza...) de la
arquitectura, conlleva una necesaria capacidad de síntesis y reflexión. Debe
saber diferenciar, definir y valorar, si quiere llegar a convertirse en un verdadero
nexo de unión entre el criterio personal (el individuo) y el colectivo (la sociedad).
Aun así, hoy por hoy, la crítica
sigue siendo un reflejo de las variaciones del gusto y de los movimientos de la
sociedad, y ahora estamos en un momento de gran desconcierto social. El cambio de modelo y el
desfase teórico de la arquitectura ante las nuevas herramientas digitales, nos
permiten distinguir una transformación que afecta tanto al modo de proyectar,
como a la forma de criticar y entender el proyecto contemporáneo.
Presenciamos como cada día aparecen
innumerables blogs y demás sitios de la red, que tratan sobre temas de arquitectura,
y nos quedamos atónitos observando que casi nunca existe en ellos una crítica “seria”. Ésta ha sido sustituída por una
avalancha de información y ha desaparecido la opinión erudita, “la posibilidad de decir ha
superado en importancia a la relevancia de lo dicho”. Y por supuesto, ha dejado de ser significativo, quién
diga cada cosa. (3)
A pesar de esta confusa realidad, el hecho
cultural que representa la arquitectura, necesita de un esfuerzo sostenido y
constante para poder acceder a él. Para que el autor pueda fundamentar sus razonamientos,
precisa de un tiempo previo de análisis y conocimiento sobre el tema. Esa
condición ineludible obliga a considerar los atajos a la hora de realizar una
crítica como una rebaja, negando la capacidad de trascendencia que la
arquitectura posee.
Tal vez la
arquitectura y la discusión sobre ella, parezca ser algo que ha acabado sólo
importando a los arquitectos, convirtiéndose en una disciplina demasiado subjetiva.
Pero esta especificidad es a mi modo de entender positiva, si logra devolver a
la arquitectura y a la ciudad su real
dimensión cultural, si contribuye a reconocer conceptos y a formar opiniones,
que configuren nuestra identidad estética, arquitectónica y urbana.
Hay quienes
piensan, quizás no sin razón, que si no hay crítica es por que no debería
haberla, la explicación es innecesaria… que nos decía Ernesto al
comienzo del escrito. Pero la crítica
arquitectónica, como todas las formas de crítica, siempre ha existido, y
siempre deberá existir, aunque solo sea de forma verbal.
¿Es necesario un espacio de
crítica sobre arquitectura en la sociedad actual?
Tal vez bastaría con
responder que sí.
Jordi Guerrero, arqto.
(1) OSCAR WILDE. Sobre la Crítica, el Público y la Sociedad.
(DVD ediciones, S.L. - 2000)
(2) JOSEP MARÍA MONTANER.
Arquitectura y Crítica. (Editora Gustavo Gili S.A. - 1999)
(3) DIEGO
FULLAONDO. No
hay crítica de arquitectura en la red (SOITU.ES - 2009)
Extraido del libro: "En los márgenes de la crítica "urbanismo y arquitectura, cuestiones que afectan a Reus..."
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